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UN POCO DE HISTORIA SOBRE VALLENAR

Vallenar, como muchas ciudades del norte chico, se ha desarrollado en torno a sus recursos naturales (tanto mineros como agrícolas), su infraestructura que le ha permitido consolidarse como un punto de paso importante desde lugares como la costa, los valles o el mismo Desierto de Atacama y, principalmente, a su patrimonio reflejado en edificios antiguos, vestigios arqueológicos o registros en libros, fotografías u otros medios. A lo largo de 2 siglos ha experimentado un crecimiento sin igual y en las últimas décadas se ha acentuado más con la llegada de inversiones inmobiliarias, servicios, una mejor conectividad y la explotación de nuevas fuentes de recursos minerales o de otro tipo.

En este artículo repasaremos la historia de la ciudad desde su fundación hasta nuestros días y destacaremos algunos de los hitos más importantes a lo largo de más de 200 años.

Sus orígenes

Vallenar, cuidad que reposa en el lado norte del Río Huasco, es una zona que, históricamente, siempre ha estado asociada con el desarrollo minero y el mundo agrícola a pesar de estar en un clima bastante árido.

Siglos antes de la llegada de los españoles, esta área estuvo bajo influencia Diaguita, Atacameña e Incaica, esta última, la que expandió su imperio hasta la zona centro sur del país hacia 1480 aproximadamente. Tras la conquista española a inicios del siglo XVI, el territorio pasa a ser parte de la Capitanía General de Chile, subentidad que perteneció al Virreinato del Perú y que se mantuvo vigente por casi 300 años.

Las primeras señales de nacimiento y su fundación

Entre fines del siglo XVIII e inicios del XIX comenzaron los primeros descubrimientos mineros cercanos. En 1789, Don Ambrosio O’Higgins, bajo la premisa de conocer en terreno las necesidades de los habitantes del norte chico y sus alrededores, decide emprender un viaje a la zona que lo llevó a las localidades de Freirina y Huasco Bajo.

Tras asombrarse con el entorno natural cercano al Río Huasco al oriente de estas dos localidades, de excelente emplazamiento geográfico, clima agradable y por estar a medianía entre las capitales más importantes de Atacama y Coquimbo, decide dar un paso más allá. El 5 de enero de 1789, bajo el nombre de San Ambrosio de Ballenary (en honor a la localidad irlandesa de nacimiento del gobernador de Chile), comienza la historia de la fundación de la ciudad que, más adelante, recibirá el nombre de Vallenar.

Aires de crecimiento minero y agrícola en el siglo XIX

A lo largo del siglo XIX, comienza el crecimiento de Vallenar de la mano de algo tan importante como la minería. Rico en yacimientos de oro, hierro y plata, el siglo XIX verá el descubrimiento de las primeras zonas minerales que, en el siglo siguiente, llevarán a esta industria a niveles industriales e internacionales. En 1811 se descubre el primer yacimiento de plata ubicado en Agua Amarga, al sur de la ciudad y durante las décadas siguientes otros minerales como el cobre o el hierro jugarán un rol importantísimo en el crecimiento económico y demográfico de Vallenar.

En el ámbito agrícola, el Río Huasco fue una pieza importante para el desarrollo de parcelas y sistemas de regadío, estos últimos construidos durante la primera mitad del siglo XIX y que constituyeron la fuente principal de agua de la zona hasta la construcción del imponente Embalse Santa Juana, más de 150 años después.

Todo este nivel de bonanza hizo que Vallenar recibiera el título de ciudad en 1834.

La llegada de los medios de transporte a Vallenar

La llegada de nuevos y modernos medios de transporte ligados a las principales actividades económicas y la necesidad de movilizarse hacia otros puntos del país aceleró aún más el desarrollo de Vallenar. Con la llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX e inicios del XX, se mejoró el transporte de minerales de gran parte de los yacimientos cercanos hacia el naciente puerto de Huasco como el transporte de pasajeros hacia el norte y el sur del país.

Junto a ello, la apertura de nuevos servicios cívicos como bancos, casas de moneda y otros edificios públicos generó un menor nivel de dependencia de la autoridad central que implicaba hacer viajes largos a la capital o a ciudades distantes como Copiapó o La Serena.

La apertura de más yacimientos mineros a gran escala y la construcción de nuevas vías de comunicación terrestres como la Carretera Panamericana en el siglo siguiente (y su ampliación definitiva ya a inicios del siglo XXI) marcarán un nuevo precedente en la historia de la ciudad.

Pero todo no fue crecimiento y prosperidad

La fuerza de la naturaleza es un elemento que, por lo general, suele pasar muy desapercibido. Dada la alta sismicidad de esta zona y la ocurrencia de eventos de gran importancia a lo largo de los últimos siglos, la historia de Vallenar también ha destacado por ser el epicentro de sismos bastante destructivos como el de 1922.

El 10 de noviembre de 1922 a las 23:53 horas se registró uno de los terremotos más potentes del norte chico con una magnitud de 8,5 grados y un posterior tsunami que arrasó con las costas de Atacama y Coquimbo. Vallenar, su epicentro, mostró su mayor nivel destructivo y cientos de pérdidas humanas. Las décadas siguientes vieron un proceso de reconstrucción de la ciudad especialmente en la zona céntrica más antigua.

Siglo de modernización

Vallenar, a lo largo del siglo XX, vivió un proceso de modernización y crecimiento demográfico especialmente en sus últimas décadas. La llegada de inversiones importantes principalmente en la minería y la construcción del Aeródromo local en 1935 o la Carretera Panamericana entre la década de 1950 y 1970, sentó las bases de lo que es actualmente.

Tras el terremoto de 1922, comenzó un proceso de reconstrucción del centro de la ciudad. Con la llegada del ferrocarril en paralelo y su conexión con Copiapó, Huasco y La Serena, la población se movilizó de forma más rápida entre las ciudades desde finales del siglo XIX hasta 1978, y la construcción de la Ruta 5 y sus rutas transversales a la costa y el valle durante la década de 1950, redujo aún más los tiempos de desplazamiento.

Vallenar hoy

La primera década del siglo XXI marcó el crecimiento demográfico de la ciudad principalmente hacia el lado suroriente. La bonanza minera de finales de la década del 2000 y los primeros años del 2010 trajo nuevas empresas y servicios que impactaron positivamente en el desarrollo económico de la comuna en general. La llegada de tiendas comerciales y de otros agentes económicos de importancia como supermercados también aportaron con su parte.

En el ámbito social, el mejoramiento de infraestructura pública como colegios, escuelas, plazas, centros de salud y más también son destacables, en donde la construcción del Hospital Provincial en 2007 marcó un gran precedente en el área de la salud y su descentralización.

No podemos dejar de lado tampoco la conectividad. La ampliación y mejoramiento de la Ruta 5 Norte a comienzos de la década pasada mejoró sustancialmente los tiempos de desplazamiento entre las ciudades. Actualmente existen unos 330 km de modernas autopistas que separan Vallenar de Copiapó y La Serena, y se espera que en el futuro otra vía tan importante como lo es la carretera a Huasco experimente también una gran mejora.

Aunque la modernización de Vallenar ha dejado un poco atrás ciertas labores del pasado, la agricultura y el cultivo vinícola aún destacan en importancia para la exportación y el consumo local. La minería, con los enormes desafíos de un mundo cada vez más sustentable y dependiente de energías renovables, ha sabido adaptarse bien a los tiempos cambiantes, y sigue siendo la principal fuente económica de la ciudad.

Los desafíos futuros

Vallenar, en los primeros 20 años de este siglo, ha crecido económica y demográficamente muy rápido. La explotación minera (con más de 200 años de tradición) sigue en curso con nuevos descubrimientos, y la llegada de nuevas fuentes de energías como la solar o la eólica han ayudado a diversificar los actores económicos presentes. La llegada de otros servicios como el comercio, la logística, el mundo inmobiliario e incluso el turismo, también han jugado un papel muy relevante en un lugar que, a pesar de no pasar de los 55.000 habitantes, se ve bastante atractivo para vivir o invertir. Su cercanía con Huasco, uno de los balnearios más populares de la zona, hace que siga siendo un gran punto de partida para conocer y descubrir una gran cantidad de atractivos locales.

Las fuentes de este artículo (textos y fotos) han sido adaptadas desde diferentes fuentes de consulta. Todos los créditos a sus autores respectivos.

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